Me han ascendido y ahora qué?: dirección de personas

Todos o si no todos, la mayoría de las personas que hemos trabajado o trabajan en relación de dependencia hemos soñado con que llegue el día de que se reconozca nuestra valía y poder ascender en nuestro trabajo.

A lo largo de mis años de experiencia laboral he podido ver cómo algunos compañeros de trabajo han ascendido a puestos de responsabilidad. Pero han pasado de la euforia al miedo de no estar a la altura, de no saber demostrar su valía y de preguntarse: y ahora qué hago?. Es mucha la presión que han sentido después de la alegría para demostrar a sus superiores que son la persona adecuada para el puesto y que no se han equivocado al elegirlos.

Es necesario desmitificar el hecho de que por tener un puesto de responsabilidad vamos a vivir mejor, más tranquilos, ni mucho menos, al contrario, aquí empieza el trabajo duro.

Al hilo de este asunto he leído un artículo en Expansión sobre este tema.  Enrique Alcat, nos dice que justo en este momento es cuando debemos trabajar más, ya que los buenos jefes son los que dan más de lo que les han pedido.

Pero no todos los ascensos son iguales. No es lo mismo ascender por promoción interna que por promoción externa. Cuando es por promoción interna se juega con ventaja. La persona ya conoce el procedimiento y la cultura de la empresa, el personal, la estructura, el estilo de liderazgo, la visión… mientras que si es por promoción externa, todo este conocimiento no se tiene y hay que empezar de cero.

Cuando diriges a tus antiguos compañeros

  • Marca nuevas pautas de conducta
  • No olvides la amistad, pero toma cierta distancia
  • Ten mucha mano izquierda y nunca actúes con prepotencia
  • Trata de convertir el tú y yo en nosotros

 El jefe debe fijar nuevas pautas de conducta para ganarse la autoridad de los antiguos compañeros

Errores a evitar cuando diriges personas

Nunca hay que hacer uso de los ‘galones’; la autoridad se gana con trabajo, jamás imponiéndose

  • No pienses que no estás preparado
  • No te pongas a la defensiva ni te paralices
  • No actúes como otra persona
  • No realices cambios rápidamente, tómate tu tiempo
  • No hagas uso de tus galones: la autoridad se gana con trabajo, jamás imponiéndose

Pautas para empezar con buen pie

  • Haz un buen diagnóstico de los desafíos y oportunidades con los que te vas a enfrentar. Realiza un pequeño estudio del puesto en sí y averigua cómo estás en términos de capacitación. Sé honesto contigo mismo y ve qué tareas son las que te resultan más difíciles de hacer, por los conocimientos, habilidades y experiencia que tienes. Una vez contemplado todo esto, elabora tu propio plan de actuación. Realiza la hoja de ruta con tu equipo y busca feedback de aquellas personas que pueden hablarte con sinceridad.
  • Sé honesto y humilde. Pregunta tanto a jefes como a colaboradores qué expectativas tienen sobre ti. Así podrás trazar un plan de actuación que obtenga buenos resultados y además, dejarás claro que cuentas con su opinión, que le escuchas y valoras sus aportaciones.
  • No des nada por hecho y analiza el entorno de trabajo. Reúnete con todos.
  • No tengas miedo al fracaso.

 

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